Año electoral: bipartidismo o cambio en 2015

Ante una situación política inaudita, quiero dedicar este artículo a la delicada actualidad española en este importante año electoral. Se presenta con los partidos clásicos,  PP y PSOE, cuyos últimos gobiernos han dejado mucho que desear en ambos bandos. Mientras ellos se enzarzan en el «y tú más», aparecen nuevos partidos nacidos de la necesidad que tiene los ciudadanos de sentirse escuchados por aquellos a los que confían su voto. Así tenemos principalmente Podemos, que opta por un cambio de principios democráticos más que por un cambio de modelo radical. Y Ciudadanos, más moderado pero muy válido. Ambos casos son ejemplos de que España está cansada de gobernantes que una y otra vez, demuestran estar anclados en ideas que ya no funcionan, y de políticos que se aprovechan de su posición para favorecer amigos o a ellos mismos. Ambos partidos plantean un cambio, y realmente, no existen motivos para no confiar en la gente joven que, en la mayoría de los casos, vienen mejor preparados que sus antecesores. Nadie va instaurar un «gobierno chavinista», pues eso es imposible en el contexto de la Unión Europea. Eso sólo son mentiras y viejas tretas de gente de «mala fe» que quiere meter el miedo ante posibles cambios.

Personalmente nunca he sentido especial simpatía por la ideología del PP ni por sus formas en cuanto argumentos y, en general, a lo que a ser convincentes se refiere. Eso no quiere decir que lo que aquí diga sea con maldad ni mucho menos, ya que soy fiel defensor de la objetividad, pero hay que tener en cuenta que un partido que se ha financiado ilegalmente es susceptible de ser disuelto, que no es ninguna broma. Para los afines a una ideología de derechas, existen otras opciones tan válidas como UPyD; pueden crear algún nuevo partido y aprovechar para renovarse un poco, también en ideas, demostrando así que su pensamiento merece respeto; tienen a Ciudadanos y Podemos; o pueden seguir votando a los mismos sabiendo que, probablemente, mañana volverán a hacer lo mismo porque tú has hecho lo mismo. Yo no le digo a nadie a quién tiene que votar, pero sí analizo la situación y cada cual que valore.

El Partido Popular de Mariano Rajoy, hubo de esperar tres elecciones para gobernar y fue más gracias a una pésima gestión de su antecesor, el PSOE de Zapatero, que a méritos propios por lo que llegó al poder. Y lo hizo con mayoría absoluta; ohh que sorpresa y que regocijo poder hacer y deshacer a su antojo. Tras frotarse un poco los ojos y las manos, zas!, Reforma Fiscal y Laboral, recortes hasta en el ejército y subidas de todos los impuestos imaginables. A punto de conseguir una Huelga General nada más empezar la legislatura. Fuera por darles un poco de tiempo, o porque la mayoría los habían votado, se libraron. Y continuaron con sus recortes, al son de los mandatos llegados de Europa. Esto unido a continuas subidas de los servicios más esenciales: luz prácticamente un 100% y agua casi 50%. Y por ahí en medio, pues recortes a la justicia y a ciertas libertades que no se entienden y nada tienen que ver con la crisis como el aborto, la elección política del Director de TVE, etc. Yo no me explico cómo van a terminar su legislatura sin más, pero ahí están, con su Ley de Seguridad Ciudadana, su Ley de Transparencia y otras tantas que no puedo relacionar con la crisis, pero sí con una mentalidad propia de «otros tiempos» que sabe mejor restringir y excluir que simplemente escuchar a la gente.

De fondo, los más que rumores acerca de la corrupción creciendo con cada imputado. El más conocido, Bárcenas, aún en su despacho con el gobierno de Rajoy hasta que la justicia lo reclamó y como, en tantos otros casos, defendido por el partido y nunca expulsado por iniciativa propia. Antes de gobernar, previo al Caso Gürtel,  se presentaban como víctimas de conspiraciones de la izquierda. Cuando se han ido abriendo nuevos casos, han tratado de hacer ver que afecta a todos por igual. Lo último y más insultante para la inteligencia, que la Sra. Cospedal diga que todos somos corruptos de alguna forma. Vamos a ver, la corrupción afecta a todos los partidos, pero el PP debe abarcar el 80% de imputados o por ahí, y son los únicos acusados de financiarse ilegalmente de forma sistemática y largamente extendida en el tiempo. Se han escuchado rumores de presiones sobre la libre investigación y han entregado ordenadores con los discos duros borrados, alegando que no tenía otra copia de sus datos económicos. En fin, los reyes de la economía no tienen los datos económicos que pide el juez, ya claro, un poco de vergüenza deberían gastar. Llegamos a 2015, esta semana se confirma la existencia de la Caja B del PP y qué pasa. El PP se acoje a su Ley de Transparencia de 2013, la cual es tan translúcida que les permite no responder preguntas si no les conviene. Su cambio de argumentación según las circunstancias se asemeja más a una pendiente resbaladiza que trata de confundir e ir haciendo aceptar a sus votantes cosas que claramente son intolerables en política.

No tienen credibilidad, los ciudadanos desean su marcha casi tanto como pasó con Zapatero. Pero ellos siguen mostrando su cara más rancia como si no fuera con ellos, enfocando el año electoral de la forma más frívola, con ayudas de 6 meses, mini-subidas de pensiones y salarios y todo lo clásico que siempre les funcionó. Pero la sensación es de una absoluta decadencia y una necesidad de renovación mucho más profunda que la que ha llevado a cabo su, hasta ahora, gran rival, el PSOE de Pedro Sánchez.

Lo que ninguno de ellos se esperaba, probablemente por mirar más sus bolsillos que a la sociedad, era la aparición de esos terceros actores políticos. Ciudandos de Albert Rivera y Podemos de Pablo Iglesias (vaya, igualito que el fundador del PSOE). Coincidencias aparte, un partido que ha calado mucho por proponer cosas que podemos entender, por ser los únicos que parecen apostar por un cambio de verdad en nuestra democracia, por tener un líder que, además de coleta, tiene una Cátedra en Ciencias Políticas y un equipo que ya quisieran otros para su partido. Un partido que en un año a evolucionado mucho, han buscado los mejores economistas y tienen las mejores ideas sociales.  Por ejemplo, el caso de la Hepatitis C y su sugerencia de expropiar la patente. No se trata de arruinar una industria, como Alfonso Alonso ha declarado al no entender, parece, este punto de vista. Cualquiera que haya estudiado mínimamente el tema verá que el precio del Sovaldi es extremadamente abusivo y que una patente menos no va a arruinar a una empresa que ganó más de 170.000.000€ el año pasado.  Cuando el PP defiende esto, la sociedad entiende que nunca gobernarán para ella. Ciudadanos es otro partido joven, con ideas renovadoras y muy interesante para aquellos que busquen alternativas y no les gusten ni los abuelos con barba, ni las coletas, ni los novios de Barbie.

Parece un año electoral como otro, pero puede ser el final del bipartidismo. Un bipartidismo que nació del miedo a la Izquierda Unida de Julio Anguita. Y que termina con la más brutal corrupción jamás vista en España representada por el Partido Popular, uno de sus abanderados, sin olvidar otros casos como los ERE en Andalucía. No tiene sentido mantener la actual Ley Electoral y estamos obligarnos a plantearnos un nuevo modo de hacer democracia, más madura, que ya tenemos casi 40 años de experiencia. Somos hoy, en España, una mayoría de ciudadanos que hemos nacido y crecido en democracia y, aunque muy lejos de ser perfecta, no aceptamos argumentos y datos dados al estilo de los tiempos de dictadura, ocultando información relevante para intentar confundir con fines nunca sociales. No compartimos la idea de bipartidismo, pues una persona es un voto y no se entiende que por miedo o por asegurarse su posición dominante tengamos una Ley Electoral que hace que cualquier partido generalista tenga que dividir sus resultados entre cuatro. No queremos un cambio de sistema, tan sólo políticos que gobiernen para el pueblo que los elige, que no den ayudas a los bancos sino a quienes están siendo desahuciados para que tengan su vivienda digna, que sean honrados, que defiendan los intereses españoles en Europa y, si puede ser, que sean competentes en sus funciones.

Países ricos como Finlandia, aunque parezca increíble, utilizan estos principios y les funciona muy bien, demostrando que se puede ser más honrado y más rico al mismo tiempo. Posiblemente tengamos mucho que aprender de estos modelos. Otros países menos desarrollados también pueden aportar cosas interesantes, pues todos estaremos de acuerdo en que la expropiación de la patente del famoso Sovaldi en India y Egipto es una buena idea que, además de salvar vidas, nos ahorraría unos cuantos cientos de millones de euros en los próximos años. Y, obviamente, no por tener una buena idea hay que copiar todo el sistema indio, venezolano, finés,… (a ver si los del PP lo entienden). Por último, tenemos nuestros puntos fuertes como país, aparte de los tópicos de Sol, playa y gastronomía, hemos tenido que estudiar y trabajar más para llegar a estar a la altura de «los mejores» de Europa y no permitimos que nadie nos ningunee sin pagarlo en las urnas.

Lo que queda claro es que los no-votos y los votos incondicionales benefician a quien vive parasitariamente de la política, a esas personas que no tienen ética, ni vergüenza, ni nada que no tenga que ver con el dinero y con intereses privados. Este año se les puede demostrar que un país es voluntad, cultura, dignidad y trabajo. El voto es y debe ser libre, pero no puedo ver tanta desfachatez sin alzar mi voz y pedir el voto de los que tradicionalmente no votan, así como el voto meditado de los que lo hacen. Si el anterior gobierno mostró el desgaste de un modelo obsoleto, el actual gobierno ha demostrado ser tan bueno en economía que se pueden llevar una doble contabilidad con toda naturalidad al tiempo que excluyen del sistema a gente necesitada sin mostrar ningún remordimiento. Para recuperar la mitad de lo robado vamos a necesitar una nueva desamortización al más puro estilo Mendizábal.

Tu abstención y tu conformismo son su segunda mejor arma.

Saluds

Doctor Liendres.